
Seguro que cuando el Rey Juan Carlos se fue de cacería a Botsuana y se fracturó la cadera nunca pensó que una imagen suya anterior tras haber abatido un elefante iba a dar la vuelta al mundo y con interpretaciones a cual más humorística o vejatoria. Igualmente el Papa emérito Benedicto XVI seguro que nunca pensó que esas frecuentes fotografías suyas con las vestimentas papales azotadas por el viento iban a dar lugar a comentarios tan sarcásticos como que se vio obligado a dejar el Papado porque los elementos no le dejaban en paz.

Es el poder de las redes sociales y más concretamente de Twitter, un canal donde la gente se expresa libremente y con gran espíritu crítico. Continúa leyendo Twitter: un gran altavoz con enormes repercusiones